La Iglesia de Jesús Nazareno, que en un principio se conoció como la Ermita de San Benito, se trata de un interesante edificio de sencilla arquitectura levantado entre 1700 y 1733. Conserva la arquitectura usual de planta de cruz latina con brazos del crucero poco profundos. Sus frías esculturas se animaron en el crucero con una abigarrada decoración de pinturas, cuyo programa representativo es bastante amplio ya que incluye desde las figuraciones humanas y simbólicas hasta las más propiamente ornamentales como motivos vegetales.
Por lo que respecta a la iconografía, en la media naranja aparece los símbolos de la Pasión, sobre las Virtudes Cardinales que están en las pechinas, reservándose la parte superior de los muros extremos del crucero a los Santos Padres. En la bóveda del Presbiterio hayamos imágenes de la Trinidad, la Inmaculada Concepción y Cristo.
En el exterior, la fachada principal se concibe como un paramento rectangular rematado por frontón en el que se desarrollan unos placados geométricos de gran plasticidad, datados en 1712 y muy relacionados con la producción contemporánea de Hurtado Izquierdo. En el interior de la iglesia, se puede observar el Retablo Mayor realizado en 1734 por Gaspar Lorenzo de los Cobos y las imágenes de Jesús Nazareno (que preside el retablo), San Juan y Nuestra Señora del Mayor Dolor, obras todas ellas del escultor sevillano Castillo Lastrucci.