Camino Mozárabe de Santiago
Desde el sur de la Península, el movimiento de peregrinación a Santiago de Compostela a partir del siglo X tuvo lugar a través de la llamada Vía de la Plata, conociéndose muchas veces como Camino Mozárabe o Camino de los Mozárabes. Esa es la ruta que siguió Almanzor de vuelta de Compostela, tras robar y saquear la ciudad, y de igual modo el camino de regreso de las campanas, tras la conquista de Córdoba por Fernando III el Santo. El Camino Mozárabe, una vez en la provincia de Zamora, se desvía por Puebla de Sanabria hacia Ourense y finaliza en Santiago de Compostela.
A lo largo de los 180 kilómetros de recorrido que unen Córdoba y Granada, se disponen una serie de poblaciones nacidas alrededor de asombrosas alcazabas: Moclín, Alcalá la Real, Alcaudete y nuestra Villa, Castro del Río.
Conocemos el desplazamiento de personas por esos caminos desde el siglo XII, gracias a los escritos del geógrafo árabe Al-Idrisi, y en la actualidad son muchos los peregrinos que discurren por ese camino a pie y en bicicleta. Sin duda, Castro del Río es un perfecto enclave histórico y monumental donde realizar una parada en el camino y descubrir todos los espacios monumentales que ofrece esta tierra que ha sido, desde época milenaria, crisol de culturas.
Ruta del Califato. Legado Andalusí
La Ruta del Califato-Legado Andalusí conecta a veinticuatro municipios en el camino de Córdoba a Granada, las dos capitales más importantes de la historia del Islam en la Península Ibérica. Reúne en su camino un amplio patrimonio histórico-monumental y paisajístico, sin duda un gran atractivo que se complementa con una amplia red de infraestructuras y servicios existentes en las tres provincias que atraviesa: Córdoba, Granada y Jaén.
La Ruta del Califato fue una de las más transitadas en la Península Ibérica durante la Edad Media, tanto por mercaderes y comerciantes, como por los expertos en letras, ciencias y artes de las épocas. Córdoba fue la capital de la sabiduría del Occidente musulmán durante el período califal y una de las ciudades más adelantadas de su tiempo.
En el transcurso de los 180 kilómetros que conforman esta Ruta, encontramos dos ramales y un eje principal, que atraviesa la Villa de Castro del Río. Nos referimos al camino que parte desde Córdoba, a través de la N-432, y visita Espejo, Castro del Río, Baena, Alcaudete, Castillo de Locubín y Alcalá la Real. El eje septentrional sigue entre otras la N-331 por las localidades de Lucena y Priego de Córdoba.
A mitad de camino de este eje principal en la Ruta del Califato, encontramos un lugar de atractiva belleza para el visitante conformada por los municipios de la Mancomunidad del Guadajoz y Campiña Este de Córdoba, entre los que se encuentra nuestra Villa. Su localización fronteriza con el último reino nazarí de Granada le otorga una posición significativa dentro de la historia política y arqueológica de esa época.
Algunas de las huellas que el legado musulmán ha dejado en Castro del Río son la muralla almohade que rodea el Barrio de la Villa o el Castillo Fortaleza que, de cimientos árabes, presenta una construcción cristiana y donde aún subsisten la Torre del Homenaje, el Patio de Armas y un Aljibe. Sin lugar a duda, recursos patrimoniales todos ellos dignos de una visita en tu próximo camino a través de la Ruta del Califato. Testigos de una historia que el tiempo aún hoy en día nos regala para el disfrute de los visitantes.
Ruta Turística de Blas Infante
La relación de Blas Infante con Castro del Río es ideológica, dado que la Villa se convirtió en el año 1913 en ‘Capital del Sindicalismo Cordobés’, en palabras del notario e historiador cordobés Juan Díaz del Moral. La importancia que Castro del Río tendría en las primeras décadas del siglo XX, siendo sede de la Federación Nacional de Agricultores (FAN) o lugar de celebración de los congresos anarcosindicalistas, influyó decisivamente en el movimiento político andaluz y en Blas Infante que dedicó toda su vida a defender la autonomía y cultura de Andalucía. De ahí que Castro del Río sea uno de los diez municipios que conforman la Ruta de Blas Infante y visita obligada para aquellos que deseen profundizar en la historia del malagueño.